lunes, 7 de noviembre de 2011

Guppy (Poecilia reticulata)

El guppy, lebistes o pez millón (Poecilia reticulata) es un pez ovovivíparo de agua dulce procedente de Centroamérica que habita en zonas de corriente baja de ríos, lagos y charcas. Es muy conocido en el mundo de la acuariofilia puesto que su cuidado no ofrece grandes dificultades y se reproduce con muchísima facilidad.
Reproducción
 
 
Los guppys son peces ovovivíparos, las hembras desarrollan los huevos en su interior hasta que éstos están maduros y, cuando alumbran, los alevines salen del vientre de sus madres completamente desarrollados, cayendo primero al fondo para inmediatamente después nadar.
Alcanzan la madurez sexual a los tres meses de nacer, momento en que los machos comienzan a perseguir a las hembras, cortejándolas. Durante el acto sexual, el macho se sitúa cerca de la hembra en forma de "S" y utiliza el gonopodio para disparar paquetes de esperma a la hembra. Es importante reseñar que, aunque las hembras queden fecundadas y den a luz alevines, pueden conservar parte del esperma de los machos para autofecundarse durante una temporada, lo que hace prácticamente imposible determinar el padre de una camada si no se fecunda a una hembra virgen.
 
Durante la gestación la hembra engorda visiblemente y muestra una mancha negra en su parte posterior. Cuanto más grande y más oscura es esta mancha, más próximo está el momento del alumbramiento; a veces hasta se pueden distinguir pequeños puntitos negros en esta mancha, que son los ojos de los alevines.
Llegado el momento, es posible que la hembra no alumbre a todos los alevines de una sola vez, sino que estos vayan naciendo poco a poco, sino maximo 3 dias. El número de crías depende tanto del tamaño de la madre y otros factores. No es raro obtener una camada de gran número. Las camadas pueden ir desde 3 alevines hasta un máximo de 35.
Los alevines, poco después de nacer, no nadan activamente, escondiéndose bajo plantas acuáticas o lugares alejados de la pecera para que no se los coman, en donde se quedan quietos por unas horas. Concluido el nacimiento de los alevines, conviene separarlos en un acuario aparte para evitar que sean devorados por su propia madre u otros peces de mayor tamaño que ellos. Normalmente no se ven amenazados tras alcanzar un tamaño significativo que supere el de la boca de los otros peces con los que comparten el acuario.

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